sábado, 2 de julio de 2011

Discusión Completa (acceso libre) sobre Seguridad Alimentaria en New Biotechnology gracias a Ingo Potrykus, Klaus Ammann y sus colegas



PLANTAS TRANSGÉNICAS PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EL CONTEXTO DEL DESARROLLO - RESULTADOS DE UNA SEMANA DE ESTUDIO EN LA PONTIFICIA ACADEMIA DE LAS CIENCIAS

Editado por INGO POTRYKUS y KLAUS AMMANN

Editorial

Palabras introductorias por el Profesor Arber:

... Su Santidad el Papa Juan Pablo II, quien estaba muy al tanto de lo que el Papa Pablo VI llamaba la tragedia del hambre mundial, concluyó su mensaje rogando a Dios “dirigir la aplicación de la investigación científica a la producción de nuevas fuentes de alimentación, toda vez que uno de los mayores retos que debe enfrentar la humanidad, junto con el riesgo de un holocausto nuclear, es el hambre de los pobres de este mundo”.

Entusiasmados por el mensaje del Papa, con ocasión del Jubileo del año 2000 la Academia preparó su primera Declaración sobre Plantas Comestibles Genéticamente Modificadas para Combatir el Hambre en el Mundo, la que fue luego publicada en el 2004. Diez años después de este primer Pronunciamiento, el Consejo de la Academia, presidido por mí y contando con miembros tan autoritativos como Ingo Potrykus y Peter Raven, decidió actualizarlo con la Reunión que presentamos en este volumen. Es particularmente significativo que la nueva Declaración fue firmada por todos los participantes. Esperamos que este nuevo esfuerzo sirva para aclarar un tema que sin duda puede contribuir decisivamente a resolver el creciente problema del hambre en el mundo.

La Visión General

Los lapsos de vida individual y las densidades poblacionales de cualquier tipo de ser vivo dependen en gran medida de la disponiblidad de alimento, o en otras palabras de la seguridad alimentaria. En tiempos arquelógicos los seres humanos se nutrían como recolectores y cazadores. Aproximadamente hace 10,000 años nuestros ancestros empezaron a colectar semillas y otros materiales vegetales de sus plantas alimenticias preferidas. La agricultura luego empezó mediante la siembra deliberada de los materiales colectados, cuidar que las plantas crecieran y la cosecha de sus productos.

Esta revolución neolítica de producción de alimentos debió haber ocurrido independientemente en diferentes lugares del planeta, tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo. Este desarrollo cultural permitió que la población humana se transforme de pequeñas tribus locales o tribus migratorias en comunidades más grandes, generalmente residentes, las que eventualmente desarrollaron convirtiéndose en naciones tecnológicamente avanzadas. Varios factores, incluyendo la seguridad alimentaria, contribuyeron en varios estadios de este desarrollo para limitar la creciente expansión poblacional.

Una amplia exploración geográfica de nuestro planeta durante el pasado milenio llevó paulatinamente a un intercambio beneficioso de cultivos agrícolas entre los continentes del Viejo Mundo y el Nuevo Mundo. Por ejemplo, Europa se benefició enormemente de la introducción de papas (patatas), tomates y maíz desde las Américas, mientras que en el Nuevo Mundo se introdujo trigo, cebada y arroz, entre otros cultivos agrícolas provenientes del Viejo Mundo. Ninguna de estas implantaciones masivas dio lugar a problemas ecológicos serios. Como resultado, la seguridad alimentaria mejoró de forma general y permitió crecer a la población humana.

Durante mucho tiempo, el manejo agronómico mejoró paulatinamente la seguridad alimentaria, principalmente aprendiendo mediante el hacer y enseñándose unos a otros. Se introdujo los métodos de reproducción lo que dio lugar a la selección de cultivos agrícolas con rendimientos más altos y algunas veces con mejor valor nutricional. Ha sido fundamentalmente durante el pasado siglo que el creciente conocimiento científico y las tecnologías basadas en la ciencia empezaron a contribuir a la mejoría de la seguridad alimentaria, por lo menos en partes de nuestro planeta. La revolución verde impulsó este desarrollo.

Mientras tanto, el conocimiento científico se ha incrementado tremendamente, en gran parte por la introducción de nuevas estrategias de investigación. La genómica, la proteómica y la metabolómica nos proveen de una rica base científica para comprender mejor las fuentes y valores nutricionales de los productos de nuestros cultivos comestibles más comunes. Además, estrategias de investigación como la ingeniería genética se han hecho disponibles y permiten tratar de mejorar experimentalmente los valores nutricionales y rendimientos de los productos alimenticios.

La mutagénesis dirigida a modificar información genética heredada y las técnicas de recombinación de ADN que permiten introducir material genético foráneo cuidadosamente seleccionado en el genoma de un cultivo objetivo se han convertido en metodologías rutinarias para alcanzar mejoras anticipadas. Gracias al conjunto de las estrategias de investigación actualmente disponibles, los productos selecionados de tales mejoras pueden ser evaluadas respecto de su composición genética y fenotipos funcionales antes de ser introducidos en el medio ambiente. En contraste con prácticas pasadas, como las metodologías convencionales de mejoramiento, las estrategias de biología molecular del día de hoy permiten al investigador la confianza para obtener las características genómicas y funcionales deseadas sin introducir otras alteraciones no esperadas en el producto desarrollado.

No hay justificación para asumir que la ingeniería genética cuidadosamente ejecutada y controlada iría de la mano con los riesgos que algunos conjeturan. Más bien, las metodologías moleculares le proporcionan al investigador aproximaciones muy seguras y altamente responsables para mejorar las propiedades de un cultivo tales como valores nutricionales y una salud superior de la planta misma.

Las buenas noticias que aquí se proporcionan pueden contribuir a hacer más seguras y sostenibles las prácticas agrícolas. Debemos estar alerta, sin embargo, que la capacidad para sostener cultivos agrícolas es limitada en nuestro planeta. Cualquier mejoramiento de la seguridad alimentaria mundial debe ir de la mano con una paternidad responsable y sostenible, conjuntamente con el cuidado de nuestra diversidad ambiental natural.

Werner Arber,
Biozentrum, University of Basel, Klingelbergstrasse 50-70, CH-4056 Basel, Switzerland
Received 26 September 2010. Available online 8 October 2010.

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